viernes, 14 de junio de 2013

No se paga con dinero, por Maribel Sancho (Diario de Teruel)

Este sábado hablé con Pablo, un granjero de Aguaviva al que, como consecuencia de la construcción de la presa del Bergantes, le van a expropiar varias hectáreas de tierra que usa para gestionar los purines que se producen en su granja. Pablo necesita la tierra para poder trabajar, igual que su hermano, a quien la afección de la zona de inundación de la presa le deja sin tierras y sin su explotación ganadera.

Esto es lo que me iba contando el sábado Pablo, que está en contra de la obra, al igual que la mayoría de los aguavivanos.Y así estaba, hablando de sus granjas, de sus tierras… cuando Pablo pasó a hablarme delrío Bergantes, el “riu menut” como le llaman los aguavivanos en contraposición al Guadalope. Y fue entonces, cuando Pablo dijo que “nos dejan sin nuestro río”, cuando a este granjero se le quebró la voz y se le terminaron las palabras. Fue un silencio largo y doloroso, un silencio mojado por lágrimas, recuerdos y sentimientos.

Fíjense que Pablo no se emocionó cuando pensó en su granja, en la de su hermano, en sus tierras, en su futuro, en cómo se las apañará después, dónde buscará tierras no inundables para seguir criando animales. No, a Pablo le embargó la emoción cuando habló de su “riu menut”, porque el Bergantes, sus piedras, sus juncos, sus aguas guardan escondidos los recuerdos y vivencias de los aguavivanos, sus chiquilladas, sus amores, sus meriendas, sus tardes de sol y de baño en verano… en fin, su vida.

Les recomiendo visitar este río. Es una experiencia de vida. Hasta que yo no he estado allí y he escuchado el agua correr, al viento refrescar los chopos, hasta que no he oído el canto de un pájaro escondido entre los juncos no he sabido qué querían decirlos aguavivanos cuando claman “que os quieren quitar el río”. Ahora les entiendo. Y no entiendo cómo proyectos que cuestan millonadas y llevan cientos de folios de impactos ambientales y arqueológicos, no incorporan un estudio sobre el impacto sobre las personas. Quizá porque hay cosas que no se pagan con dinero.

Artículo escrito por Maribel Sancho, periodista de Diario de Teruel.